viernes, 28 de octubre de 2011

Ubi sunt

Cavilando en la Soledad
de la noche fría y pasada,
recuerdos tintineaban en
mi mente y en mi corazón.

Eran recuerdos de seres,
de seres que ya no volverán;
sus rostros se iban y venían,
como las olas del ancho mar.

Lágrimas caían por mis ojos,
ojos anegados de pesar,
pesar sin sentido absoluto,
pues ellos no volverán.

Dónde estarán aquellas almas,
almas que la muerte arrebató,
las arrebató efímeramente,
durmiéndolas en mi corazón.

1 comentario:

  1. Lo dije la primera vez que lo ví...y lo sigo diciendo:) me encanta este poema corazon,sobretodo el último verso,aiissh(L)

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